Cuando la histeria del Covid se apag贸 y la narrativa del miedo comenz贸 a desmoronarse, la 茅lite globalista no perdi贸 tiempo en preparar su siguiente jugada. El caos sanitario hab铆a cumplido parte de su misi贸n: acostumbrar al ciudadano com煤n a la obediencia, a los pasaportes digitales y a la idea de que la vida misma depende de un “sello de aprobaci贸n” emitido desde arriba. Pero hac铆a falta algo m谩s grande. Un sistema m谩s sutil. M谩s duradero. Y lo encontraron bajo un nuevo nombre: el capitalismo inclusivo.
Lo que muchos a煤n creen que es una fantas铆a paranoica —un gobierno mundial centralizado en manos de corporaciones y banqueros— hoy se admite abiertamente en foros, cumbres y documentos oficiales. El Consejo para el Capitalismo Inclusivo (CIC), liderado nada menos que por Lynn Forester de Rothschild, es la cristalizaci贸n de d茅cadas de agendas globalistas. Ya no se ocultan. Ahora presumen.
El disfraz perfecto: ESG y el capitalismo de partes interesadas
El capitalismo inclusivo no es m谩s que una m谩scara para imponer una econom铆a de cr茅dito social corporativo. A trav茅s de siglas como ESG (Medio Ambiente, Social y Gobernanza), el sistema premia y castiga a las empresas seg煤n su obediencia ideol贸gica.
¿Quieres pr茅stamos f谩ciles, acceso al capital y apoyo del Estado? Alinea tu discurso con la narrativa oficial: cambio clim谩tico, diversidad forzada, ideolog铆a de g茅nero, y toda la maquinaria del “despertar social”.
¿Te resistes? Prep谩rate para impuestos, sanciones y el aislamiento econ贸mico.
Es exactamente el mismo modelo que China ha instaurado con su cr茅dito social ciudadano, pero aplicado a las corporaciones… y, tarde o temprano, a cada individuo.
Los hilos invisibles: ONU, FMI y Foro Econ贸mico Mundial
Detr谩s de esta cortina se mueven las instituciones de siempre:
ONU, con su lenguaje suave de “desarrollo sostenible”.
FMI, con su eterna deuda que ata a pa铆ses enteros a la obediencia.
Foro Econ贸mico Mundial (WEF), con Klaus Schwab repitiendo que “no tendr谩s nada y ser谩s feliz”.
El CIC no busca cooperar: busca fusionar lo corporativo con lo gubernamental para crear un monstruo h铆brido que ya no pueda ser controlado por los pueblos.
Rebranding: la t谩ctica del camale贸n globalista
Cuando una de sus agendas es desenmascarada, simplemente cambian el nombre. As铆 ocurri贸 con el fracaso del ESG: Lynn Forester de Rothschild admiti贸 en la cumbre B20 en India que la marca estaba desgastada, pero dej贸 claro que el objetivo sigue intacto. Ahora se llamar谩 distinto. La serpiente muda de piel, pero no cambia de esencia.
Hacia el pan贸ptico econ贸mico
El verdadero premio de la 茅lite no es salvar al planeta ni crear “inclusi贸n”. El premio es la centralizaci贸n total:
Cada transacci贸n, monitoreada.
Cada compra, registrada.
Cada ciudadano, evaluado seg煤n su nivel de obediencia.
El paso clave hacia ese pan贸ptico es la moneda digital de banco central (CBDC). Con ella, el dinero dejar谩 de ser un derecho y se convertir谩 en un privilegio revocable. Igual que en China, donde un mal puntaje social puede impedirte comprar un boleto de tren o hasta un simple refresco.
El enga帽o del “capitalismo inclusivo”
No hay inclusi贸n. No hay justicia social.
Solo hay humo y espejos dise帽ados para convencer a la poblaci贸n de entregar sus libertades a cambio de una supuesta seguridad clim谩tica o sanitaria.
Todo apunta a un neofeudalismo digital, donde un pu帽ado de 茅lites deciden qui茅n prospera y qui茅n desaparece. Y lo hacen con tu dinero, tus impuestos y tus recursos.
Estamos ante un momento cr铆tico. Si la poblaci贸n mundial acepta sin cuestionar esta transformaci贸n, pronto viviremos en un sistema donde pensar diferente significar谩 no poder comprar ni un pedazo de pan.
El oro, la plata, el trueque y los mercados alternativos son las 煤ltimas trincheras contra esta prisi贸n econ贸mica digital. La historia se repite: cuando los imperios buscan control absoluto, siempre hay quienes resisten desde las sombras.
La pregunta es: ¿estar谩s preparado cuando el “capitalismo inclusivo” muestre su verdadero rostro?
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