Alerta en Islandia: Grindavík se Sumerge por Inestabilidad Volcánica

La parte occidental del pintoresco pueblo pesquero de Grindavík, ubicado en la península suroccidental de Islandia, ha experimentado un hundimiento de más de un metro desde el pasado viernes, con un preocupante ritmo de aproximadamente 4 cm diarios. La Oficina Meteorológica de Islandia (IMO) ha advertido sobre la inestabilidad volcánica que afecta a esta región, anticipando que podría prolongarse durante décadas. Esta situación ha generado temores de erupciones y terremotos, llevando a la evacuación completa del pueblo. Las erupciones, que resurgieron en 2021 después de 800 años de inactividad en la península de Reykjanes, podrían marcar el inicio de un nuevo "ciclo eruptivo", según Matthew Roberts, director general de la IMO en Reikiavik. La actividad sísmica está siendo monitoreada de cerca las 24 horas del día, y el equipo de la IMO quedó sorprendido al descubrir que el magma se estaba infiltrando en el suelo, fracturando la roca a lo largo de 15 km. 

Este fenómeno, descrito por Roberts como "casi como un tren de carga subterráneo", ha llevado a la evacuación de Grindavík. Impactantes imágenes de carreteras agrietadas y casas dañadas han surgido como consecuencia de los sucesivos sismos. Según Roberts, la ciudad continuará hundiéndose, exacerbando los daños en edificaciones y carreteras. Un mapa indica los niveles de hundimiento reciente, destacando una zona "altamente volátil" con posibilidad de erupción en los próximos días o semanas. 

En caso de erupción, se pronostican daños considerables en la infraestructura y la liberación de gases tóxicos. Las fotografías aéreas sugieren que el magma está penetrando por debajo de una fisura anterior, de siglos de antigüedad, y la intrusión del magma está ocurriendo en el mismo lugar. Islandia, asentada sobre la Dorsal Mesoatlántica, donde las placas euroasiática y norteamericana se separan, ha experimentado evacuaciones de comunidades enteras solo en raras ocasiones en los últimos 50 años. La última vez fue en 1973, cuando una fisura en la isla de Heimaey arrojó lava roja fundida. 

En la península de Reykjanes, el magma se encuentra aproximadamente a 800 metros bajo la superficie, y los residentes podrían tener que esperar semanas antes de saber si pueden regresar. Roberts asegura que no se espera una erupción explosiva, pero una erupción de baja intensidad podría resultar en la liberación de lava por fisuras a lo largo de semanas. Los planes de contingencia incluyen la construcción de barreras protectoras, llamadas "diques", cerca de la planta geotérmica y el cierre del famoso spa de la Laguna Azul. Aunque Islandia cuenta con ingeniosos métodos para combatir la lava, Roberts subraya que "la naturaleza siempre gana si la erupción dura lo suficiente".
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