Desvelando la Sombra del Poder Financiero: Los Rothschild al Descubierto

En las sombras de la historia financiera y política, la dinastía bancaria e industrial de los Rothschild ha forjado un camino de influencia a través del intrincado arte del apalancamiento financiero. Este sigiloso control les ha permitido manipular gobiernos, canalizando flujos masivos de riqueza pública hacia manos privadas. Paul Cudenec nos sumerge en este intrigante universo en su último extracto del ensayo "Enemigos del Pueblo: Los Rothschild y su Imperio Global Corrupto", parte de su libro "El Gran Escándalo: La Evolución Continua del Sistema Criminal Global", publicado en 2023. El dominio hábil de los Rothschild se extiende como una red tejida a lo largo de la historia. Un siglo atrás, en 1909, el futuro Primer Ministro británico, David Lloyd George, planteó una pregunta audaz en medio de su fase radical: "¿Es Lord Rothschild el dictador de esta nación?" Estas palabras resonaron con una verdad incómoda que había estado oculta a la vista. Más allá de la superficie, la estrategia de los Rothschild para influir en gobiernos se origina en las enseñanzas de Mayer Amschel Rothschild, el patriarca de esta influyente familia. Sus consejos a sus hijos son reveladores: "Es preferible tratar con un gobierno en dificultades que con uno bendecido por la fortuna". Esta declaración sencilla esconde una verdad profunda: los gobiernos con problemas financieros son terreno fértil para la penetración financiera de los Rothschild. Como lo señala el historiador Niall Ferguson, las guerras costosas y olas interminables de costosos proyectos de infraestructura generan gobiernos necesitados de préstamos y, por lo tanto, dependientes de la "ayuda" que los Rothschild ofrecen. El historiador económico Jean Bouvier nos lleva aún más atrás en el tiempo, a 1810, cuando los Rothschild otorgaron su primer préstamo directo a un gobierno: Dinamarca. Estos préstamos marcaron el inicio de una serie de operaciones que respaldaron la creación de nuevos estados como Grecia y Bélgica, con los Rothschild actuando como garantía y promotores financieros. La influencia de los Rothschild alcanzó su punto álgido a mediados del siglo XIX, cuando consolidaron su posición como principales prestamistas de gobiernos europeos. Países como Gran Bretaña, Francia, Turquía, Austria y Prusia recurrieron a ellos para emitir bonos y recaudar fondos. Entre 1895 y 1907, los Rothschild prestaron casi 450 millones de dólares a gobiernos europeos, una cifra asombrosa que ajustada a la inflación en 2022 superaría los 13 mil millones de dólares. Sin embargo, esta trama financiera no se limita a Europa. Saltando en el tiempo, llegamos a la época de Margaret Thatcher en el Reino Unido. Bajo su liderazgo, la privatización se convirtió en uno de los logros más notables de los Rothschild, con figuras como John Redwood y Michael Richardson transformando la noción de privatización en una realidad política. El juego de los Rothschild trasciende las fronteras británicas. En 1988, el banco manejó once privatizaciones en ocho países diferentes, desde Brasil hasta Alemania, pasando por Zambia y Australia. El impacto de sus acciones no se puede subestimar: fue un traslado monumental de activos del sector público al privado. Así, los Rothschild han tejido un tapiz financiero a lo largo de la historia, forjando relaciones con gobiernos, influyendo en políticas y orquestando privatizaciones que han redefinido la estructura económica del mundo. Su imperio persiste, un recordatorio constante de cómo el poder financiero puede influir en la narrativa global.
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